UN CAMINANTE.
Caminas al compás de tan exquisita melodía
Mientras en medio de juegos artificiales divisas el
Viejo edificio que sea mantenido hasta hoy y con honor acepta la derrota de la absurda ambición de la macroeconomía que te derrumba hoy.
Escuchas las voces de los hombres que a gritos se magna glorian y se adoran creyéndose Dioses.
Las voces de aquellos que quieren cambiar al
Mundo sin tratar de cambiar primero sus corazones.
Las voces de aquellos que prefieren
Salvar aun amigo en combate que
Morir por una nación que se destruye
Por el afán y la codicia.
Las voces de aquellos cobardes que
Solo señalan con mirada acusadora a aquellos que
Son llamados escorias por el solo hecho de no creer
En un mundo que se pueda ver, sentir y tocar.
Esas escorias que llevan muy en alto las
Esperanzas de un mundo lleno de personas con pensamiento de escorias.